Dentro del mundo del fútbol existen diferentes tipos de metodologías, como pueden ser el entrenamiento tradicional, integrado, periodización táctica o microciclo estructurado, entendiendo cada una de ellas el periodo “precompetitivo” o de “pretemporada” de diferente manera. En esta entrada realizaremos una reflexión sobre el estudio de las diferentes metodologías dentro de este periodo.
Las
pretemporadas son un periodo donde los jugadores regresan a los
entrenamientos, por lo general después de un periodo de vacaciones o
descanso y estos comienzan un proceso de adaptaciones al esfuerzo que
se puede realizar de múltiples maneras y donde equipos que emplearon
diferentes metodologías, con sus diferentes características
llegaron al éxito. Estas adaptaciones se pueden llevar a cabo
centrándose en un tipo de entrenamientos más específico, basándose
en la idea de juego y los principios organizativos del equipo, donde
las preocupaciones técnicas, físicas o psicológicas surgen
provocadas por la especificidad del propio juego o a nivel
condicional, donde se busca una “base física que soporte los
principios tácticos”.
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| twitter.com/RafelPol |
El
preparador físico del Fútbol Club Barcelona, Rafael Pol, nos indica
en su libro sobre preparación física en el fútbol que el periodo
de pretemporada será un proceso de readaptación de los jugadores a
la actividad competitiva y coadaptación entrenadores-jugadores,
donde los primeros podrán observar las características de sus
propios jugadores en base a las cuales construirá su idea de juego.
Además este periodo, siguiendo a Pol, provocará una readaptación
de las estructuras musculares, conectivas y óseas con el fin de
disminuir el riesgo de sufrir lesiones.
Para el preparador del club
catalán, durante la pretemporada es conveniente llevar a cabo una
progresión a nivel de trabajo para favorecer a la readaptación
morfofuncional del futbolista, comenzando por una dinámica
extensiva, con situaciones de juego con relaciones temporales y
espaciales similares a competición, introduciendo posteriormente una
dinámica intensiva, que buscará una mejora de la capacidad
acción/interacción del jugador con el entorno, un importante tiempo
de descanso entre tareas, gran intensidad de acción, espacios
reducidos y un menor número de jugadores.
Por
otro lado, también existen teorías de entrenamiento donde
justifican que la forma específica en el fútbol está sustentada
por un buen estado de forma a nivel condicional, donde entienden la
pretemporada como un periodo para “cargar las pilas”, que
posteriormente garantice la forma de los jugadores durante la
pretemporada.
Para
Pol (2011), “ha condicionado mucho el diseño de las
pretemporadas la también comunmente aceptada creencia de que un buen
trabajo durante la pretemporada servía para cargar las pilas para el
resto de la temporada. Sin embargo, al analizar la duración de las
adaptaciones producidas por el entrenamiento observamos que esta
creencia no tiene una base fisiológica, ya que las adaptaciones
producidas por el entrenamiento no pueden mantenerse de forma tan
prolongada en el tiempo”.
El
entrenador José Mourinho defiende la idea de que si la base del
rendimiento en el fútbol es la organización del juego, la forma
deportiva no puede limitarse a la dimensión física. Oliveira
y otros (2011), citan al
entrenador portugués:
“La
forma no es física, la forma es mucho más que eso. Lo físico es lo
menos importante para alcanzar la forma deportiva. Sin organización
y talento para explotar un modelo de juego, las deficiencias son
explícitas, pero poco tiene esto que ver con la forma física.”
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“Al
trabajar la vertiente táctica en unas condiciones semejantes a las
que deseamos para la competición y al juego que deseamos, estamos
desenvolviendo la vertiente física en la especificidad que tiene,
por ejemplo, en vez de desarrollar la fuerza de una forma aislada o
descontextualizada, lo hacemos a través de ejercicios con
determinadas características, jugando con el espacio, el tiempo, el
número de jugadores y las reglas que les imponemos, de esta forma
estamos desarrollando algo relacionado con la fuerza, pero en un
contexto más específico. Un ejercicio en el que existen a la vez
muchos saltos, paradas, cambios de dirección, es mucho más útil
que trabajar la fuerza aisladamente”.
Estos
autores también citan al ex-entrenador del Real Madrid Vanderlei
Luxemburgo, con una idea basada en el pensamiento convencional, quien
opina que “si la parte física no está bien, de nada vale la
táctica o la técnica”.
PICOS
DE FORMA
Existen
también determinadas creencias en relación a los picos de forma a
lo largo de la temporada, donde se programan los entrenamientos para
rendir a distinto nivel en distintas fases del periodo competitivo,
teniendo en cuenta determinados periodos que para entrenadores que
siguen esta metodología resultan clave en la temporada, basandose en
el “efecto retardado de las cargas”.
Las
metodologías más centradas en el modelo de juego no creen en esta
propuesta debido a que al principio de temporada el cuerpo técnico
no sabe exactamente que partidos tendrá en 4 o 5 meses, si contará
con los mismos jugadores, que competiciones seguirá disputando o
simplemente que todos los partidos ganados se ven recompensados con 3
puntos, por lo que defienden mantener un nivel de forma física
submáximo durante toda la temporada sin oscilaciones, frente a las
metodologías más “convencionales”.
Oliveira
y otros (2011), citan a José Mourinho, quien opina “yo no
quiero que mi equipo tenga picos de forma. No puedo querer que
oscile su rendimiento. Quiero que mantenga siempre unos parámetros
de rendimiento elevados, porque no hay partidos o períodos más
importantes que otros. Todos los partidos se deben ganar”.
Por
su parte Seirul·lo (2007) defiende la idea de que “es
imposible que, entrenando un mes, se llene, como se pretende, el
tanque de un futbolista para toda la temporada. Imposible. Y los
preparadores tenemos que flagelarnos en esto pues le hemos dado
demasiada importancia a la pretemporada. Hacer entrenamientos dobles
y triples durante dos semanas no es bueno para los jugadores. Sólo
consigues fatigarlos y que lo estén pagando durante los cinco
primeros partidos de Liga. Para mí lo correcto es prepararse para el
primer partido sólo. Exclusivamente. Y luego para el segundo... y
así. No se puede hacer una pretemporada entrenando dos semanas
seguidas en tres turnos sin tocar el balón. Perjudica y no es útil”.
VOLUMEN-INTENSIDAD
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El
traslado de metodologías de entrenamiento desde deportes
psicomotores a otros sociomotores como el fútbol ha provocado la
aplicación de sistemas de entrenamiento a lo largo de la temporada
basados inicialmente en un trabajo donde predominaba el volumen,
continuando con un aumento de la intensidad y disminución del
volumen. Este tipo de trabajo buscaba desde hace años que el
futbolista adquiriese un soporte o “resistencia de base” para
afrontar la temporada comenzando con mucho volumen de trabajo para
continuar con una disminución de este e incrementar la intensidad
con una mayor exigencia de trabajo físico.
Actualmente,
metodologías como la periodización táctica, se basan en la
intensidad y concentración que supone cada tarea en base a una serie
de variables como son el nº de jugadores, espacio determinados por
la tensión, velocidad y duración de la contracción muscular,
entrenando siempre a intensidades máximas relativas de manera
continua durante todo el periodo precompetitivo y competitivo.
Mourinho, entre otros entrenadores, rechaza las nociones
tradicionales de volumen e intensidad:
“Parto
del principio de que la mejor forma de recuperar las pérdidas de
unas vacaciones, es trabajar desde luego con intensidades máximas
relativas, asociadas a las características de nuestro juego. Por
eso, no creo en el aumento de volumen, ni en la inversión de volumen
por intensidad. Por ejemplo, lo que normalmente se llama resistencia
aeróbica y que convencionalmente se dice que se adquiere con volumen
de trabajo, también se consigue con la acumulación de intensidades
máximas relativas”.
CAPACIDADES
CONDICIONALES
El
entrenamiento sistemático de la resistencia conlleva a una serie de
adaptaciones en el futbolista defendidas por las metodologías
clásicas, orientadas a la mejora de estos procesos. Pol (2011),
nos habla de estas adaptaciones, “aumento de las reservas
energéticas de la célula muscular así como un aumento de las
mitocondrias; un aumento del cubicaje cardíaco y hipertrofia de la
musculatura cardíaca, lo que implica un aumento del volumen minuto
cardíaco y del volumen sanguíneo; disminución de la FC de reposo y
submaximal; aumento del volumen de sangre y capacidad de transportar
oxígeno en la misma, asi como una mejora en la capilarización de
los vasos sanguíneos; aumento de los alveolos pulmonares, lo que
conlleva una mejora en el intercambio gaseoso; mejora de la
producción-degradación láctica, etc.”
Sinembargo,
Pol también comenta que “entendemos por estado de forma algo
más que una simple optimización de los diferentes subsistemas
bioenergéticos, de forma que entendemos por un estado de forma
óptimo aquel que solo puede lograrse cuando todas las estructuras
del futbolista actúan de forma sinérgica, permitiendo al jugador
mostrar competencia en su entorno competitivo”.
Por
lo tanto cabe tener en cuenta que además de la parte condicional, en
un partido el rendimiento de un jugador no solo dependerá de su
rendimiento condicional o “físico”, sino que de un proceso
interactivo donde además de correr, lo tendrá que hacer resolviendo
situaciones del juego dentro de un entorno con múltiples factores
que infuyen en el rendimiento del jugador. Por lo tanto mediante
procesos de entrenamiento “convencionales” no conseguiremos
mejorar la realización motriz de una tarea con un futbolita
fatigado, aunque se estimulen algunos parámetros fisiológicos y
estos lleven a posteriores adaptaciones.
Janssen
(2003) y Jager (2003) demuestran como los estados emocionales o los
procesos de fatiga respectivamente alteran la respuesta motriz, por
lo que si esta respuesta depende de factores como la fatiga o los
estados emocionales (relaciones con el entorno), por muchas
adaptaciones físicas que tenga el jugador, existirán más factores
que influirán en la respuesta motriz de este.
READAPTACIÓN
Y EJERCICIO PREVENTIVO
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| sport.es |
El
entrenamiento genérico de la resistencia si que podría ser
interesante en procesos de readaptación, donde el objetivo no será
entrenar para competir, sino que el de prepararse para poder
entrenar. En estos casos de jugadores que vienen de lesión y están
en un proceso de readaptación, según Pol (2001), “debería
combinarse con el trabajo de prevención, para mejorar de esta forma
la readaptación morfo-funcional del jugador. Así, si que habrá una
parte del trabajo que no respetará el acoplamiento entre los ciclos
específicos de percepción y acción ni las interacciones
específicas de los jugadores, pero ayudará a mantener la salud y
funcionalidad de los jugadores de forma más prolongada en el
tiempo”.
CONCLUSIÓN
Dentro
de la metodología del entrenamiento en fútbol, existe un gran
número de factores que influyen en el entorno donde actúe el
jugador y diferentes estructuras que influirán finalmente en el
rendimiento. Para el entrenador es vital la importancia del contexto
en el que se encuentra, las características de sus jugadores, si
continua con un mismo bloque con similares principios tácticos a
trabajar o bien comienza un nuevo proyecto, donde se tendrá que
crear una nueva identidad y este necesitará más tiempo para el
desarrollo de un nuevo modelo de juego.
Por
lo tanto el entrenador deberá de adaptarse al contexto y
justificarlo. A lo largo de la historia han existido campeones que
entrenaron con diferentes tipos de metodologías, la dificultad para
el preparador está en adaptar el modelo metodológico al contexto
donde se encuentra el entrenador y a los jugadores a los cuales
tendrá que ayudar para conseguir su óptimo rendimiento en las
competiciones a disputar.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Oliveira,
B. y otros (2011). Mourinho, ¿Por qué tantas victorias?. MC Sports.
Pol,
Rafael (2011). La preparación ¿física? En el fútbol. El proceso
de entrenamiento desde las ciencias da la complejidad. MC Sports.
Seirul·lo,
P. Diario Marca; Sábado 24 Noviembre 2007, pag 24.
Janssen,
D. y otros (2008). Recognition of emotions in gait patterns by means
of artificial neural nets. Journal of Nonverbal Behavior, 32, p
79-92.


