PERSPECTIVA
CARTESIANA
Durante
muchos años se ha observado el fútbol desde una perspectiva
cartesiana, donde se divide
una realidad compleja, considerando lo cuantitativo sobre lo
cualitativo, donde no se tiene
en cuenta el entorno o contexto donde se desenvuelve el jugador,
donde todo está relacionado. El
rendimiento en fútbol siempre se ha estudiado en base a la técnica,
táctica, preparación física y psicológica de manera
independiente, sin tener en cuenta la interacción entre ellas.
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Para
Cano, citado por Conde (2010, pag 87),
“El
paradigma sobre el cual nos hemos construido el conocimiento del
juego no es otro que el cartesiano, aquel que excluye la
incertidumbre inherente a este deporte, aquel que persigue la
sensación de seguridad privilegiando datos, números y verdades
cerradas. Su intrusión en el fútbol ha distorsionado la realidad de
tal manera que, en este momento andamos cada vez más alejados de
saber de futbolistas y del juego”.
Lo
físico, lo coordinativo, lo mental, lo socioafectivo, etc.. son
vistos de manera separada por esta visión cartesiana, siendo
optimizadas aisladamente y perdiendo la especificidad dentro del
propio juego, donde se desenvuelven dentro de un contexto.
El
entrenamiento de manera aislada mediante continuas repeticiones de
gestos técnicos sin tener en cuenta ningún tipo de toma de decisión
por parte del jugador proviene de disciplinas deportivas
individuales, lineales y cerradas, opuestas al fútbol; deporte
colectivo, de cooperación-oposición, participación
simultánea, no lineal y
donde se dan situaciones abiertas donde
nace la interacción
dentro de un espacio compartido por
ambos equipos. En
los deportes de equipo como el fútbol, debido a su carácter no
lineal, se dan sucesivamente situaciones de no equilibrio, resueltas
de manera diferente por cada uno de nosotros dependiendo de múltiples
factores como características del jugador, pasado del mismo, etc..
En
palabras de Seirul·lo (2000, pag 2) “nos
han dicho que primero hay que automatizar el gesto, para después
poder pensar, si hemos automatizado el gesto y después pensamos, ¡ya
la hemos liado!”. En
palabras del mismo autor “los
hábitos motores que se instauran en los aprendizajes conductistas,
conducen a una determinada forma de entender el deporte desde un
punto de vista exclusivamente lineal. Cuando aparecen estímulos
suceden una serie de acontecimientos y determinadas respuestas
entorno al estimulo.
El
ex preparador físico del FC Barcelona también habla de las teorías
conductistas y mecanicistas;
“son muy válidas para los individuos y para los sistemas lineales,
pero no son válidas para los sistemas no lineales de seres vivos y
nosotros en el fútbol intentamos que haya individuos que construyan
juego. Los cracks son aquellos individuos que hacen cosas
imprevisibles porque están en un punto de desequilibrio y
precisamente por no haber sido sometidos a los procesos lineales con
los que se entrena”.
Siguiendo
con este tipo de metodologías, donde se trabaja la preparación
física de manera analítica mediante diferente tipos de
entrenamientos enfocados en la condición física, los jugadores
suelen realizar carrera, fartlecks,
intervalos, etc.. Estos
tipos de entrenamiento supondrán
un desgaste físico en
el jugador, pero sin ningún
tipo de incertidumbre ni desgaste mental, aspecto que afecta
directamente en la fatiga. El entrenamiento integrado, por su parte,
relaciona los cuatro elementos (técnica, táctica, preparación
física y psicológica) pero donde se prioriza la cuantificación de
la carga física sin prestar atención a los principios,
comportamientos y roles dentro del juego, además
de que la preparación condicional no tiene un carácter específico
y relacionado con la propia modalidad del fútbol, sino que aborda
las adaptaciones condicionales de una manera general.
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En
relación al uso de pulsómetros, lactatos, kilómetros recorridos,
tests físicos, etc.. Oscar Cano, en el libro de Cervera (2013),
señala “tener datos
nos hace parecer mejores porque nos ayudan a dar respuestas, falsas
pero al fin y al cabo respuestas que los demás creen. La respuesta
no existe. Vivimos en la incertidumbre y hemos de saber manejarnos en
ella. Esa es la única realidad existente”.
En
palabras de Rui Faria, citado por Cervera (2013), “el
entrenamiento integrado es específico de la modalidad de fútbol
pero no es específica de nuestro modelo de juego, por lo tanto no es
específico de lo que vamos a realizar durante la competición”.
QUE
ENTRENAR?
Debido
a las carencias de este tipo de metodologías, surgen otras centradas
en el proceso cognitivo
en cuanto a
determinados comportamientos
por parte de
los propios jugadores, dependiendo
de sus características, su
organización, relación con el espacio, adversario y
su entorno en general. Este
tipo de propuestas metodológicas se centran en el proceso
percepción-cognición para posteriormente, tras una correcta
decisión, llevar a cabo una buena acción motora o técnica, en este
caso.
En
palabras de Fernández (2009), “consideramos
que la misión de los técnicos se va a centrar en desarrollar un
modelo de entrenamiento que cubra las necesidades que se derivan de
la competición y que las sesiones de entrenamiento permitan acceder
a niveles óptimos de prestación durante la competición, no
entendiendo esta aseveración solo en un plano condicional, sino que
creemos que la acentuación ha de recaer en la dimensión
cognitiva”
Siguiendo
a Guilherme, Amieiro y Frade (2008), “patrones de acción,
individuales y colectivos, con el objetivo de crear un conjunto de
referencias decisionales para que los jugadores sepan qué hacer y
puedan ser creativos en las diferentes situaciones de juego. El
proceso de entrenamiento debe permitir que esos patrones de acción
se transformen en hábitos”.
Por
lo tanto el entrenador o
equipo técnico organizará planes de acción o actividades con el
fin de mejorar el rendimiento colectivo teniendo en cuenta el
proceso cognitivo, ya que cualquier acción llevada a cabo por un
futbolista viene precedida de una percepción de la situación,
seguida por una decisión ejercida por la dimensión táctica o
cognitiva del jugador, condicionada por la interacción con
compañeros, el juego en si, rivales, etc..
Para
Juan Manuel Lillo, citando por Cervera (2013), “mi
gran misión como entrenador es crear cultura táctica. Enseñar al
jugador a interpretar situaciones, y eso parte de dar mucha
información, es decir, darle una razón para hacer las cosas. Al
final decide el jugador”.
El
entrenador será el encargado de tomar decisiones buscando en la
interacción entre los jugadores ese orden en el juego, empleando una
serie de principios, dentro de unos espacios determinados para que
surja esa organización en función al patrón de juego, haciendo
entender en todo momento al jugador y ayudando a jugadores
conscientes, los cuales saben qué hacen y porqué lo hacen. Estos
patrones o principios nunca deberán limitar las posibilidades o
soluciones del jugador dentro del contexto, sino que el entrenador
deberá crear tareas de entrenamiento donde surjan diferentes
situaciones propias del juego y ayuden al jugador a aprender
diferentes soluciones para esas determinadas situaciones.
En
palabras de Cano, citado por Conde (2010, p 91); “El
modelo de juego lo producen los futbolistas y sus posibilidades de
integración. Somos meros receptores de dicha información, la que
nos ofrece su juego para, a partir de ahí, implantar nuestro modelo
de acción”
Los
entrenamientos, por lo tanto, permitirán al entrenador desarrollar
la identidad o modelo de juego del conjunto mediante determinados
patrones organizacionales o principios que estructuren el jugar del
equipo, sirviendo como guía del proceso de
entrenamiento-competición, definiendo así como deben de ser
tratados los diversos componentes relacionados con el entrenamiento
del futbolista.
Marisa
Gomes, citada por Cervera (2013), define los principios como “es
el inicio de un comportamiento que un entrenador quiere que el equipo
asuma en términos colectivos y los jugadores en términos
individuales que rigen el comportamiento de los jugadores en la
competición”.
Pep Guardiola
afirma, citado por Perarnau (2014, pag 139), “Yo solo busco
dotar a mis jugadores de unos principios de juego que reduzcan los
riesgos al mínimo y potencien sus virtudes al máximo”,
priorizando ante todo la parte táctica y sus principios que
permitan al equipo a desarrollar una serie de comportamientos a lo
largo del partido que permita tener controlado al máximo el juego,
apareciendo a raíz de esta vertiente táctica los demás componentes
de la preparación global del futbolista.
“Dime,
tú que sabes lo que es el atletismo, ¿sirve de algo esto de la
carrera continua, aparte de hacerte daño en la espalda? […] Ahora
regresarán y creerán que han entrenador duro porque han corrido un
cuarto de hora. Pero solo es un efecto placebo. Ellos piensan que con
los ejercicios de posición y conservaciones no trabajan...”
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Perarnau (2014,
pag 107), citando a Pep, habla de la metodología empleada en los
entrenamientos del club alemán, haciendo incapié en la preparación
física a la hora de reincorporarse de una lesión, como método
preventivo.. “No habrá series de velocidad, ni de resistencia,
ni sesiones de pesas. Solo algunas pequeñas cuñas puntuales para
ajustar la condición de algún jugador rezagado que salga de una
lesión”. […] “potenciamos la calidad frente a la cantidad,
hacer más cosas de calidad juntas en lugar de hacer trabajos físicos
muy largos […] de hecho, sin balón no hacemos nada, solo algunas
recuperaciones y algún trabajo específico para ajustar a algún
jugador”
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| bigstory.ap.org |
En
el Bayern, el preparador físico Lorenzo Buenaventura prepara los
entrenamientos planteando tareas donde relacione por lo tanto las
capacidades físicas con los principios tácticos pretendidos. En
palabras de Perarnau (2014, pag 37), “Buenaventura
aprendió de Seirul·lo la metodología de los microciclos
estructurados que se basa en pequeños ciclos de entrenamientos de
tres a cinco dias dedicados a trabajar una capacidad física:
fuerza-resistencia, fuerza elástica o fuerza explosiva, dependiendo
del jugador y del momento de la temporada. Siempre con balón, el
entrenamiento simula condiciones técnico-tácticas del próximo
partido. […] En todas las sesiones se da prioridad a determinados
objetivos técnicos y tácticos que han pactado Guardiola y
Buenaventura: un dia es la salida de balón; otro, la presión tras
la pérdida de balón en ataque, etc..”
Por su parte, en
oposición a todo este tipo de ideas, y no por eso es un peor
trabajo, está la metodología de otros equipos como el Atlético de
Madrid, donde además de la vertiente táctica, ven interesante
trabajar también la preparación física de manera aislada y fuera
del contexto futbolistico.
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| marca.com |
Viendo
una entrevista en el diario Marca, el
preparador físico Oscar “El Profe” Ortega
dice que el no está en la posesión de la verdad absoluta y que el
se limita a poner en práctica conocimientos que ha ido adquiriendo
durante décadas. Aznar (2014), cita a Ortega, “Cuando
trabajas seis contra seis, puedes pensar que los 12 están en sus
niveles, pero luego ves que uno ha estado por debajo por cansancio,
otro por una molestia.. Son fugas en las cargas de trabajo, que no
tienen porqué ser voluntarias. Por eso hay que complementar con
cargas ortodoxas” […]
“Sería lindo decir que
entrenamos siempre con balón, pero no es así. Las cargas ortodoxas
son transcendentales en nuestro método, ya que consideramos claves
los niveles de potencia aeróbica y somos conscientes de que, por
nuestra forma de jugar, la velocidad aeróbica máxima del futbolista
debemos tenerla muy bien delineada, con los umbrales muy bien
colocados”. […] “Que
tu equipo haga doscientos kilómetros no te garantiza ganar, como
tampoco hacer trescientos pases correctos. Hay que saber encontrar el
equilibrio. A nivel físico es igual que a nivel táctico o técnico.
Un entrenador no puede imponer un sistema en un grupo que no tiene
cualidades para llevarlo a cabo. Físicamente, tampoco podemos
hacerlo”.
Como podemos observar, en los últimos años está apareciendo en el entrenamiento del fútbol los aspectos tácticos como centro
del proceso de entrenamiento-competición, apareciendo los aspectos
físicos o condicionales, técnicos y psicológicos como consecuencia
de la organización del propio juego, ayudando a este a llevarse a
cabo, aunque también existen otros clubes donde la metodología de
trabajo es totalmente opuesta, apostando por el trabajo condicional
fuera del contexto futbolístico. Por lo tanto podemos observar que
han existido equipos campeones con todo tipo de metodologías, que
cada una tiene sus pros y sus contras y que el arte del cuerpo
técnico es la de dar con la llave y adaptar el trabajo al grupo de
futbolistas del que dispone cada equipo.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Aznar,
L. (2014). Los secretos del profe. Diario Marca. Recuperado de:
http://www.marca.com/2014/10/13/futbol/equipos/atletico/1413210304.html
Cervera,
A. (2013). Modelo organizacional – estratégico de entrenamiento en
fútbol. MC Sports.
Conde,
M. (2010). Transición ataque-defensa. Pautas táctico-emocionales.
MC Sports.
Fernández,
D. (2009). Nuevas aportaciones en el campo de la táctica: Inmersos
en un nuevo paradigma. MC Sports.
Guilherme,
J., Amieiro, N. y Frade, V. (2008). Periodización táctica, un
modelo de entrenamiento. Barcelona.
Perarnau,
M. (2014). Herr Pep. Crónica desde dentro de su primer año en el
Bayern Múnich. Córner.
Seirul·lo,
F. (2000). Una línea de trabajo distinta. I Jornadas de
actualización de preparadores físicos. Junio 2000.






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