sábado, 8 de noviembre de 2014

METODOLOGÍAS, JUGADORES Y CONTEXTO EN EL ENTRENAMIENTO EN FÚTBOL


PERSPECTIVA CARTESIANA

Durante muchos años se ha observado el fútbol desde una perspectiva cartesiana, donde se divide una realidad compleja, considerando lo cuantitativo sobre lo cualitativo, donde no se tiene en cuenta el entorno o contexto donde se desenvuelve el jugador, donde todo está relacionado. El rendimiento en fútbol siempre se ha estudiado en base a la técnica, táctica, preparación física y psicológica de manera independiente, sin tener en cuenta la interacción entre ellas.

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Para Cano, citado por Conde (2010, pag 87), El paradigma sobre el cual nos hemos construido el conocimiento del juego no es otro que el cartesiano, aquel que excluye la incertidumbre inherente a este deporte, aquel que persigue la sensación de seguridad privilegiando datos, números y verdades cerradas. Su intrusión en el fútbol ha distorsionado la realidad de tal manera que, en este momento andamos cada vez más alejados de saber de futbolistas y del juego”.

Lo físico, lo coordinativo, lo mental, lo socioafectivo, etc.. son vistos de manera separada por esta visión cartesiana, siendo optimizadas aisladamente y perdiendo la especificidad dentro del propio juego, donde se desenvuelven dentro de un contexto.

El entrenamiento de manera aislada mediante continuas repeticiones de gestos técnicos sin tener en cuenta ningún tipo de toma de decisión por parte del jugador proviene de disciplinas deportivas individuales, lineales y cerradas, opuestas al fútbol; deporte colectivo, de cooperación-oposición, participación simultánea, no lineal y donde se dan situaciones abiertas donde nace la interacción dentro de un espacio compartido por ambos equipos. En los deportes de equipo como el fútbol, debido a su carácter no lineal, se dan sucesivamente situaciones de no equilibrio, resueltas de manera diferente por cada uno de nosotros dependiendo de múltiples factores como características del jugador, pasado del mismo, etc..

En palabras de Seirul·lo (2000, pag 2) nos han dicho que primero hay que automatizar el gesto, para después poder pensar, si hemos automatizado el gesto y después pensamos, ¡ya la hemos liado!”. En palabras del mismo autor “los hábitos motores que se instauran en los aprendizajes conductistas, conducen a una determinada forma de entender el deporte desde un punto de vista exclusivamente lineal. Cuando aparecen estímulos suceden una serie de acontecimientos y determinadas respuestas entorno al estimulo.

El ex preparador físico del FC Barcelona también habla de las teorías conductistas y mecanicistas; “son muy válidas para los individuos y para los sistemas lineales, pero no son válidas para los sistemas no lineales de seres vivos y nosotros en el fútbol intentamos que haya individuos que construyan juego. Los cracks son aquellos individuos que hacen cosas imprevisibles porque están en un punto de desequilibrio y precisamente por no haber sido sometidos a los procesos lineales con los que se entrena”.

Siguiendo con este tipo de metodologías, donde se trabaja la preparación física de manera analítica mediante diferente tipos de entrenamientos enfocados en la condición física, los jugadores suelen realizar carrera, fartlecks, intervalos, etc.. Estos tipos de entrenamiento supondrán un desgaste físico en el jugador, pero sin ningún tipo de incertidumbre ni desgaste mental, aspecto que afecta directamente en la fatiga. El entrenamiento integrado, por su parte, relaciona los cuatro elementos (técnica, táctica, preparación física y psicológica) pero donde se prioriza la cuantificación de la carga física sin prestar atención a los principios, comportamientos y roles dentro del juego, además de que la preparación condicional no tiene un carácter específico y relacionado con la propia modalidad del fútbol, sino que aborda las adaptaciones condicionales de una manera general.



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En relación al uso de pulsómetros, lactatos, kilómetros recorridos, tests físicos, etc.. Oscar Cano, en el libro de Cervera (2013), señala “tener datos nos hace parecer mejores porque nos ayudan a dar respuestas, falsas pero al fin y al cabo respuestas que los demás creen. La respuesta no existe. Vivimos en la incertidumbre y hemos de saber manejarnos en ella. Esa es la única realidad existente”.

En palabras de Rui Faria, citado por Cervera (2013), “el entrenamiento integrado es específico de la modalidad de fútbol pero no es específica de nuestro modelo de juego, por lo tanto no es específico de lo que vamos a realizar durante la competición”.





QUE ENTRENAR?

Debido a las carencias de este tipo de metodologías, surgen otras centradas en el proceso cognitivo en cuanto a determinados comportamientos por parte de los propios jugadores, dependiendo de sus características, su organización, relación con el espacio, adversario y su entorno en general. Este tipo de propuestas metodológicas se centran en el proceso percepción-cognición para posteriormente, tras una correcta decisión, llevar a cabo una buena acción motora o técnica, en este caso.

En palabras de Fernández (2009), “consideramos que la misión de los técnicos se va a centrar en desarrollar un modelo de entrenamiento que cubra las necesidades que se derivan de la competición y que las sesiones de entrenamiento permitan acceder a niveles óptimos de prestación durante la competición, no entendiendo esta aseveración solo en un plano condicional, sino que creemos que la acentuación ha de recaer en la dimensión cognitiva

Siguiendo a Guilherme, Amieiro y Frade (2008), “patrones de acción, individuales y colectivos, con el objetivo de crear un conjunto de referencias decisionales para que los jugadores sepan qué hacer y puedan ser creativos en las diferentes situaciones de juego. El proceso de entrenamiento debe permitir que esos patrones de acción se transformen en hábitos”.

Por lo tanto el entrenador o equipo técnico organizará planes de acción o actividades con el fin de mejorar el rendimiento colectivo teniendo en cuenta el proceso cognitivo, ya que cualquier acción llevada a cabo por un futbolista viene precedida de una percepción de la situación, seguida por una decisión ejercida por la dimensión táctica o cognitiva del jugador, condicionada por la interacción con compañeros, el juego en si, rivales, etc..

Para Juan Manuel Lillo, citando por Cervera (2013), “mi gran misión como entrenador es crear cultura táctica. Enseñar al jugador a interpretar situaciones, y eso parte de dar mucha información, es decir, darle una razón para hacer las cosas. Al final decide el jugador”.

El entrenador será el encargado de tomar decisiones buscando en la interacción entre los jugadores ese orden en el juego, empleando una serie de principios, dentro de unos espacios determinados para que surja esa organización en función al patrón de juego, haciendo entender en todo momento al jugador y ayudando a jugadores conscientes, los cuales saben qué hacen y porqué lo hacen. Estos patrones o principios nunca deberán limitar las posibilidades o soluciones del jugador dentro del contexto, sino que el entrenador deberá crear tareas de entrenamiento donde surjan diferentes situaciones propias del juego y ayuden al jugador a aprender diferentes soluciones para esas determinadas situaciones.

En palabras de Cano, citado por Conde (2010, p 91); El modelo de juego lo producen los futbolistas y sus posibilidades de integración. Somos meros receptores de dicha información, la que nos ofrece su juego para, a partir de ahí, implantar nuestro modelo de acción

Los entrenamientos, por lo tanto, permitirán al entrenador desarrollar la identidad o modelo de juego del conjunto mediante determinados patrones organizacionales o principios que estructuren el jugar del equipo, sirviendo como guía del proceso de entrenamiento-competición, definiendo así como deben de ser tratados los diversos componentes relacionados con el entrenamiento del futbolista.

Marisa Gomes, citada por Cervera (2013), define los principios como “es el inicio de un comportamiento que un entrenador quiere que el equipo asuma en términos colectivos y los jugadores en términos individuales que rigen el comportamiento de los jugadores en la competición”.

Pep Guardiola afirma, citado por Perarnau (2014, pag 139), “Yo solo busco dotar a mis jugadores de unos principios de juego que reduzcan los riesgos al mínimo y potencien sus virtudes al máximo”, priorizando ante todo la parte táctica y sus principios que permitan al equipo a desarrollar una serie de comportamientos a lo largo del partido que permita tener controlado al máximo el juego, apareciendo a raíz de esta vertiente táctica los demás componentes de la preparación global del futbolista.

Dime, tú que sabes lo que es el atletismo, ¿sirve de algo esto de la carrera continua, aparte de hacerte daño en la espalda? […] Ahora regresarán y creerán que han entrenador duro porque han corrido un cuarto de hora. Pero solo es un efecto placebo. Ellos piensan que con los ejercicios de posición y conservaciones no trabajan...”

teinteresa.es
Perarnau (2014, pag 107), citando a Pep, habla de la metodología empleada en los entrenamientos del club alemán, haciendo incapié en la preparación física a la hora de reincorporarse de una lesión, como método preventivo.. “No habrá series de velocidad, ni de resistencia, ni sesiones de pesas. Solo algunas pequeñas cuñas puntuales para ajustar la condición de algún jugador rezagado que salga de una lesión”. […] “potenciamos la calidad frente a la cantidad, hacer más cosas de calidad juntas en lugar de hacer trabajos físicos muy largos […] de hecho, sin balón no hacemos nada, solo algunas recuperaciones y algún trabajo específico para ajustar a algún jugador”



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En el Bayern, el preparador físico Lorenzo Buenaventura prepara los entrenamientos planteando tareas donde relacione por lo tanto las capacidades físicas con los principios tácticos pretendidos. En palabras de Perarnau (2014, pag 37), “Buenaventura aprendió de Seirul·lo la metodología de los microciclos estructurados que se basa en pequeños ciclos de entrenamientos de tres a cinco dias dedicados a trabajar una capacidad física: fuerza-resistencia, fuerza elástica o fuerza explosiva, dependiendo del jugador y del momento de la temporada. Siempre con balón, el entrenamiento simula condiciones técnico-tácticas del próximo partido. […] En todas las sesiones se da prioridad a determinados objetivos técnicos y tácticos que han pactado Guardiola y Buenaventura: un dia es la salida de balón; otro, la presión tras la pérdida de balón en ataque, etc..”

Por su parte, en oposición a todo este tipo de ideas, y no por eso es un peor trabajo, está la metodología de otros equipos como el Atlético de Madrid, donde además de la vertiente táctica, ven interesante trabajar también la preparación física de manera aislada y fuera del contexto futbolistico.



marca.com
Viendo una entrevista en el diario Marca, el preparador físico Oscar “El Profe” Ortega dice que el no está en la posesión de la verdad absoluta y que el se limita a poner en práctica conocimientos que ha ido adquiriendo durante décadas. Aznar (2014), cita a Ortega, “Cuando trabajas seis contra seis, puedes pensar que los 12 están en sus niveles, pero luego ves que uno ha estado por debajo por cansancio, otro por una molestia.. Son fugas en las cargas de trabajo, que no tienen porqué ser voluntarias. Por eso hay que complementar con cargas ortodoxas” […] “Sería lindo decir que entrenamos siempre con balón, pero no es así. Las cargas ortodoxas son transcendentales en nuestro método, ya que consideramos claves los niveles de potencia aeróbica y somos conscientes de que, por nuestra forma de jugar, la velocidad aeróbica máxima del futbolista debemos tenerla muy bien delineada, con los umbrales muy bien colocados”. […] “Que tu equipo haga doscientos kilómetros no te garantiza ganar, como tampoco hacer trescientos pases correctos. Hay que saber encontrar el equilibrio. A nivel físico es igual que a nivel táctico o técnico. Un entrenador no puede imponer un sistema en un grupo que no tiene cualidades para llevarlo a cabo. Físicamente, tampoco podemos hacerlo”.


Como podemos observar, en los últimos años está apareciendo en el entrenamiento del fútbol los aspectos tácticos como centro del proceso de entrenamiento-competición, apareciendo los aspectos físicos o condicionales, técnicos y psicológicos como consecuencia de la organización del propio juego, ayudando a este a llevarse a cabo, aunque también existen otros clubes donde la metodología de trabajo es totalmente opuesta, apostando por el trabajo condicional fuera del contexto futbolístico. Por lo tanto podemos observar que han existido equipos campeones con todo tipo de metodologías, que cada una tiene sus pros y sus contras y que el arte del cuerpo técnico es la de dar con la llave y adaptar el trabajo al grupo de futbolistas del que dispone cada equipo.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Aznar, L. (2014). Los secretos del profe. Diario Marca. Recuperado de: http://www.marca.com/2014/10/13/futbol/equipos/atletico/1413210304.html

Cervera, A. (2013). Modelo organizacional – estratégico de entrenamiento en fútbol. MC Sports.

Conde, M. (2010). Transición ataque-defensa. Pautas táctico-emocionales. MC Sports.

Fernández, D. (2009). Nuevas aportaciones en el campo de la táctica: Inmersos en un nuevo paradigma. MC Sports.

Guilherme, J., Amieiro, N. y Frade, V. (2008). Periodización táctica, un modelo de entrenamiento. Barcelona.

Perarnau, M. (2014). Herr Pep. Crónica desde dentro de su primer año en el Bayern Múnich. Córner.

Seirul·lo, F. (2000). Una línea de trabajo distinta. I Jornadas de actualización de preparadores físicos. Junio 2000.


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