“El deporte de alto
rendimiento, y concretamente el fútbol, representa una actividad problemática
que lleva implícita un riesgo de lesión que afecta al aparato locomotor con
múltiples consecuencias adversas, más o menos perniciosas en función de la
gravedad, momento y evolución de la misma” (Lalín, 2009)
Toda actividad deportiva lleva
implícita un riesgo de lesión y debido al alto número de lesiones existentes,
en gran medida relacionadas con las extremidades inferiores y tejidos
blandos (Paredes, 2012). En el fútbol
cada vez se da una mayor importancia a procesos de prevención y readaptación ya
que las lesiones limitarán el rendimiento del futbolista en cuestión. En la actualidad se da una
inexistencia de métodos homogéneos, sistematizados y regulados, pero se pueden
distinguir dos fases claras de trabajo; de prevención, donde se busca disminuir el riesgo
de lesión en un deportista sano, y de readaptación o recuperación funcional, buscando una evolución
más favorable del jugador lesionado entre la atención clínica y la vuelta del jugador al
trabajo junto al grupo.
Para Ekblom (1999), es esencial recuperar
la amplitud o grado de movimiento de la zona lesional para, una vez conseguido,
mejorar los niveles propioceptivos y la capacidad de resistencia y la fuerza de
la musculatura periférica de la articulación dañada. En programas de
prevención, el readaptador podrá comenzar por tareas de estabilización, tanto a
nivel isométrico como anisométrico, comenzando por la faja lumboabdominal para
pasar a involucrar también a la periferia y posteriormente centrarse en el control
motor y la coordinación, avanzando progresivamente hacia un nivel más
especifico. Los programas de readaptación funcional seguirán los principios de
individualización, progresión, reeducación y un manejo óptimo de la carga y
recuperación del jugador en cuestión. En dichos programas existirán varias
fases diferenciadas. Una vez dada el alta al deportista, el readaptador podrá
centrarse inicialmente a nivel local (zona concreta de la lesión), para
posteriormente pasar a ejercicios de cadena cinética cerrada y finalmente de
cadena cinética abierta más específicos en relación al deporte en cuestión.
Entre otras variables, el tipo de superficie será un importante factor a
influir en la realización de la tarea. Será conveniente el afianzamiento de las
tareas de forma estable antes de pasar a superficies inestables con una mayor
exigencia para el deportista.
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| Paredes et al (2012) |
“Los diferentes
agentes que trabajan con el deportista desempeñan, sin lugar a dudas, un rol
psicológico en el trabajo que realizan” (Olmedilla, Ortín y De la Vega, 2006)
El plano psicológico y emocional
también es importante en el contexto deportivo relacionado con la lesión debido
a que esta provocará una serie de sensaciones y pensamientos en el jugador a lo
largo del proceso de readaptación en las dimensiones cognitiva, emocional y
social. Debido a este tipo de situaciones el ámbito de la psicología de las
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte también se interesa por su
influencia en los procesos de rehabilitación de lesiones. La Teoría de la Valoración Cognitiva
(Brewer, 1994), estudia la reacción emocional del jugador tras el proceso de
lesión y la conducta que esta provoque en el mismo influyendo en factores de su
personalidad, como la autoestima del jugador o ansiedad que este presente y
factores situacionales como la gravedad de la lesión o el status del
deportista. Stanish y otros (2003), se han centrado en el estudio de la
influencia del dolor, angustia y catastrophizing,
percepción mental negativa y exagerada respecto a la experiencia de dolor en el
proceso de rehabilitación.
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| fcbayern.de |
Paredes y otros (2012),
presentan una serie de componentes psicológicos básicos relacionados con el
deportista en el proceso de recuperación. Uno de ellos es la reestructuración
cognitiva, con el fin de superar mentalmente la lesión detectando los
automatismos y pensamientos irracionales o el asesoramiento al futbolista,
estrategias relacionadas con el afrontamiento de las lesiones. También resaltan
la importancia de la fijación de objetivos en relación al plan individualizado,
con el fin de que el jugador tenga sensación de control sobre el proceso,
valorando el esfuerzo realizado por el mismo. Otras estrategias más novedosas
pueden resultar interesantes, como pueden ser el control de la activación
muscular y visualización, el entrenamiento en biofeedback como
electromiografías con el fin de buscar un mayor control del lesionado sobre la
tensión muscular ejercida, así como la motivación del deportista con el fin de
que ese se adhiera al programa de recuperación, buscando pequeños objetivos
alcanzables a corto plazo, donde el jugador pueda observar mejoría en el
proceso de recuperación, buscando el refuerzo del esfuerzo, elevando su
confianza, autoconcepto, motivación e implicación en el programa.
El grado de fuerza muscular, sus
propiedades funcionales y su función fijadora en las articulaciones de carga
son factores determinantes de protección en las lesiones deportivas. Siguiendo
a Paredes (2012), “un futbolista sin una
adecuada fuerza muscular tiene un mayor riesgo de sufrir o no recuperarse de
las lesiones que con frecuencia suceden tanto en entrenamientos como en
competición”. Un correcto equilibrio a nivel muscular favorecerá a una
óptima movilidad a nivel pélvico, que beneficiará en relación a la postura. La
estabilidad de la columna vertebral se debe a tres sistemas; el sistema pasivo,
control neuronal y el sistema activo o
musculotendinoso (Chulvi, 2006), los cuales interactuarán con el
objetivo de una correcta transmisión de fuerzas de forma eficaz y eficiente
entre las extremidades y el tronco. La estabilización corporal es vital en
deportes con numerosos contactos, saltos, cambios de dirección, etc.. y esta se
consigue gracias a aquellos músculos que rodean la región lumbo-abdominal (Chulvi,
2006).
Por lo tanto, podemos ver como cada vez los programas de trabajo preventivo y readaptación son más importantes en relación con las lesiones y su influencia en el rendimiento del futbolista en cuestión, trabajando desde una perspectiva multidisciplinar centrada en el estado del deportista.
Referencias bibliográficas.
Chulvi, I. (2006).
Entrenamiento de la faja lumboabdominal mediante la pelota suiza: una
alternativa eficaz. Paper presented at the 1º Congreso Internacional de Avances
en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Sevilla, 18 de Mayo de 2006.
Brewer, B.W. (1994).
Review and critique of models of psycological adjustment to athetic injury.
Journal of applied sport psycology, 6, 87-100.
Ekblom, B. (1999).
Manual de las Ciencias de Entrenamiento. Fútbol. Barcelona: P aidotribo.
Lalín, C. (2009). La
readaptación físico-deportiva: reentrenamiento de habilidades físico-deportivas
del futbolista lesionado. In Madrid: Primer Congreso Internacional de
Prevención y Readaptación Físico-Deportiva de Lesiones en el Fútbol.
Olmedilla, A.,
Ortín, F. J., & De la Vega, R. (2006). Lesiones deportivas y Psicología:
análisis, investigación y propuestas de intervención. EJ
Garcés de los Fayos, A. Olmedilla & P. Jara (Coords.), Psicología y deporte,
497-523.
Paredes,
V. y otros (2012). La readaptación físico-deportiva de lesiones. Aplicación
práctica metodológica. Onxport.
Seirul·lo, F.
(1987). Las funciones y competencias del preparador físico en un club
deportivo. Red: revista de entrenamiento deportivo, 1(1),
70-77.
Stanish, W. y otros
(2003). Comparing postoperative pain experiences of the adolescent and adult
athlete after anterior cruciate ligament surgey. Journal Athletic Trainning.
38(2), 154-157.



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