Para
que un equipo guarde una correcta organización defensiva es clave el
que sus jugadores cierren espacios, donde, según J. Cruyff, la
distancia máxima a recorrer por cada jugador deberían de ser no más
de 10 metros. La defensa en zona podría definirse siguiendo los
siguientes puntos:
La
defensa en zona consiste en organizarse con varias lineas escalonadas
permanentemente, con un sistema de coberturas sucesivas.
Los
jugadores deberán de mantener su posición en función de la
pelota y la portería propia, siendo una estructura
modificable, dinámica y adaptable.
Después
de que la primera linea sea eliminada, la siguiente tiene que evitar
la progresión, ejerciendo la presión al portador,
condicionando el tiempo y espacio del que dispone para actuar.
Es
necesario que el equipo sea “corto
y estrecho”, consiguiendo superioridad en zona de
balón, cerrando espacios y acortando el tiempo al poseedor de
balón.
La
situación de defensa óptima contra el adversario con balón deberá
de tener como referencias la pelota, los compañeros y los
adversarios, teniendo el espacio como referencia. El objetivo es
hacer el campo más pequeño, dificultando la conservación de balón
adversaria. Es importante una ocupación racional de los espacios,
ocupando en fase ofensiva un mayor espacio para tener más tiempo,
organizándose en profundidad y amplitud (ocupar carriles), mientras
que en fase defensiva será más interesante ocupar un menor espacio
dando menos tiempo al poseedor de balón, además de generar una
superioridad en ese espacio concreto. De esta manera se conseguirá
una organización defensiva más económica.
Esta
organización defensiva cerrando espacios y generando superioridades
es diferente a una defensa aglomerada en el área propia. Es
interesante la orientación del ataque rival a las bandas,
disuadiendo y provocando condiciones favorables para la recuperación
mediante la superioridad, numérica y posicional, dar menos salidas
al rival o la redución espacio-temporal.
Los
movimientos del equipo en fase defensiva deben de ser en bloque, bien
juntos, estando muy atentos a los pases que ejecuta el equipo rival.
En caso de que el rival realice pases hacia su propia porteria,
laterales o que un adversario reciba de espaldas, es esencial que el
equipo adelante su posición manteniendo esa estructura de bloque, de
equipo compacto y con las lineas bien próximas.
La
acción de pressing es interesante realizarla en una zona presionante
sobre la pelota, no sobre el jugador, donde el equipo sube en una
acción colectiva de forma compacta, ocupando los espacios próximos.
La presión debe de ser agresiva, buscando provocar el error,
reduciendo tiempo y espacio, favoreciendo la recuperación. En la
fase de transición defensiva, los jugadores más próximos a la
pelota tienen la función de acosar al portador, limittando al máximo
las lineas de pase que tenga disponibles.
Este
tipo de defensa es más económica energéticamente, provocando una
menor fatiga física, permitiendo posteriormente descansar con la
posesión del balón en ataque organizado a equipos con un buen juego
posicional y una ocupación racional de los espacios. Además exige
una mayor concentración y fatiga táctica y del SNC, la cual puede
aparecer antes que la física, provocando un mayor desgaste en tareas
de entrenamiento. La mayor o menos intensidad provocará diferente
concentración exigida por la tarea.
El
Milán de Sacchi desarrollaba este tipo de defensa, manipulando el
espacio y tiempo de juego, orientando a sus rivales hacia los
laterales provocando la recuperación para jugar (defender para
atacar), sabiendo que hacer con el balón en ataque posicional,
realizando la salida desde el sitio habitual de “zona presionante”.
Además era clave el cerrar caminos en el centro del campo, la
defensa jugaba adelantada provocando el fuera de juego en línea con
el lateral, lo que ellos llamaban “pared”.
Es
importante también conocer puntualidades del juego del equipo rival,
aunque no se altere el modelo de juego. La defensa en zona, para
Sacchi, tenia una vital importancia para recuperar la posesión y
jugar, no para no encajar. Por ello daba vital importancia a las
transiciones, después de robo o pérdida de balón, buscando el
equilibrio en la transición ofensiva y una correcta estructura en la
transición defensiva, buscando fijar la posición y organizarse de
nuevo, evitando dar tiempo y espacio al equipo rival.
Para
un buen planteamiento de la defensa en zona es clave un
comportamiento ambicioso de querer ganar, manteniendo el equilibrio
posicional, control el espacio, tranquilidad y comunicación entre
los jugadores.
Donde
presionar.
La
zona presionante en cada equipo, donde interese realizar la
recuperación de balón, depende de la transición ofensiva de cada
equipo. El tipo de transición ofensiva empleada vendrá determinada
por la características de los delanteros disponibles y el patrón de
juego. En caso de disponer de delanteros rápidos puede ser más
interesante una presión más retrasada, permitiendo salir a la
defensa rival para tener espacio a sus espaldas. En caso de tener
delanteros no tan rápidos puede ser más interesante ejercer un
pressing más alto. El patrón de juego también determinará la zona
presionante, ya que para un equipo que lleve a cabo un ataque
posicional puede ser más interesante ejecutar un pressing más
adelantado, mientras que para un equipo que se base en acciones de
contragolpe podrá serlo más bajo.
La
zona.
La
posición del balón es clave para la colocación de los futbolistas,
buscando hacer el “campo pequeño” mediante las
basculaciones, ocupando y reduciendo espacios como equipo,
dificultando la ejecución rival, diminuyendo el espacio y tiempo
disponibles. La posición de los compañeros debe de ser una buena
referencia, ejerciendo continuamente coberturas sucesivas en posición
escalonada buscando una superioridad posicional, temporal y numérica.
En
zonas de portería y balón son claves las anticipaciones a pases
peligrosos, mientras en el resto del campo puede ser más interesante
ejercer simplemente oposición, siendo un obstáculo, impidiendo la
progresión del adversario.
Principios
de la zona.
La
oposición y pressing debe ejecutarse sobre el portador del balón,
creando dificultades y provocando el error.
Es
clave la redución y el cierre de espacios cercanos al balón.
Sistema
de coberturas sucesivas, basculando todos los jugadores en bloque,
escalonados y cerrando espacios.
Adaptación
posicional de los jugadores a la posición del balón.
Referencias bibliográficas:
Referencias bibliográficas:
Amieiro,
N. M. B. (2007). Defensa
en zona en el futbol: un pretexto para reflexionar sobre el "jugar"
bien ganando!.
MC Sports.
Ruiz,
F. y otros (2011). Filosofía y manual de un entrenador de fútbol.
Wanceulen Editorial Deportiva.


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