sábado, 28 de junio de 2014

VALORACIÓN FUNCIONAL

En esta ocasión, empleamos una sentadilla con flexión de hombros para realizar la siguiente valoración funcional, con el fin de observar limitaciones de movilidad y posibles patrones compensatorios desde tres puntos de vista, lateral, frontal y posterior. Resulta esencial para toda persona conseguir y mantener un nivel básico de movilidad, coordinación y control neuromuscular con el fin de poseer cierto rendimiento muscular, rango articular óptimo y una actitud postural correcta en su vida diaria.



En la presente foto, podemos observar desde una vista lateral diversas limitaciones que analizaremos a continuación. Por una parte la flexión de hombros parece estar limitada, ya que estos no se encuentran alineados con el resto del tronco, seguramente por un acortamiento en la musculatura dorsal y pectoral que limitarán la extensión torácica. El tronco no se encuentra en posición paralela a las tibias, pero en este caso por un déficit en la flexión dorsal de tobillo, buscando situar el centro de gravedad sobre la base de sustentación, razón por la cual se encuentra inclinado hacia adelante. La zona lumbar pierde su lordosis natural posiblemente por un acortamiento de isquiotibiales que hace bascular la pelvis en retroversión.






La vista frontal nos permite observar una desalineación de los brazos debido a acortamientos musculares en pectoral mayor, dorsal ancho y tríceps. Los dedos de los pies observamos como no se apoyan completamente en el suelo, sino que se encuentran ligeramente elevados, posiblemente por la limitación en la flexión dorsal de tobillo, debido a la cual el tibial anterior y los extensores de los dedos frenan la flexión plantar, presentando una gran tensión tibial. Los pies se encuentran en posición de rotación externa, seguramente por la limitación en la flexión dorsal de tobillo mencionada, buscando un mayor rango de movimiento escapando del plano sagital donde existe la limitación. Todos estos patrones vienen adoptados por un exceso de la actividad del TFL y peroneo, acompañado de una debilidad de glúteo medio, tibial posterior e isquiotibiales.







Por último, la vista posterior nos permite ver la excesiva pronación de los pies, que repercutirán en la tibia, femur y rodilla, justificando la rotación externa de los pies, donde el cuerpo busca compensar evitando el valgo de la rodilla llevando el centro de masas al lateral. Estos déficits pueden desencadenar una fascitis plantar en caso de llevar a cabo largas sesiones de carrera.

Las tres fotografías nos permiten ver algunas limitaciones en cuento a movilidad que pueden desencadenar en diversos patrones posturales erróneos y posteriores lesiones. En este caso serie importante reforzar la musculatura estabilizadora de cadera como el glúteo medio, además de estirar gemelo, sóleo, recto anterior del cuádriceps, tensor de la fascia lata e isquiotibiales en cuento al miembro inferior y la musculatura del pectoral mayor y dorsal ancho que limitan la extensibilidad torácica en el miembro superior. 


Esto nos hace ver la importancia del entrenamiento personal a cualquier ámbito, tanto de una persona que busque mantener una óptima forma física y mantenerse apta funcionalmente el máximo tiempo posible retardando una disfunción cada vez mayor a medida que avanzan los años, como un deportista de medio-alto nivel que necesite rendir al máximo nivel el mayor número de años posible. Por lo tanto observamos que para un entrenamiento de calidad es preciso que este sea valorado, diseñado y llevado a cabo junto a un profesional de las ciencias de la actividad física y el deporte de manera individualizada.



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